Voy a matar a mi vecino. Un día de estos. Y nunca
encontrarán el cuerpo.
Con todas las series de asesinatos y forenses que veo, sé lo
suficiente como para no dejar rastro…
Vale, estoy exagerando. Solo un poco. Pero es que no puedo
más, no puedo más, no puedo más.
Tengo el dormitorio pared con pared con el suyo, y necesito
dormir. Necesito que deje de despertarme con sus hazañas sexuales, con el
escándalo que arman las mujeres que se lleva a la cama.
Ya he perdido un novio por su culpa, no quiero perder más. Y tampoco quiero tener que mudarme solo por no aguantarle.
Hasta que un día, haciendo mis compras navideñas, la cosa se
complica… para los dos.
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