Ella es mía para reclamar. Mía para proteger. Mía para
cuidar.
Juré que nunca volvería a esa montaña, no después de que mi
amigo de la infancia y yo nos peleáramos hace años. Así que imagina mi sorpresa
cuando descubro que ha muerto y me ha dejado su antigua cabaña de caza.
En el camino hacia allí, me encuentro mirando por el cañón
de una pistola sin seguridad, en forma de muslos suaves, ojos verdes
deslumbrantes y curvas que podrían encantar a un árbol joven en un poderoso
roble. Pero resulta que mi viejo amigo se fue y me lanzó otra bola curva: ¿la
ninfa con el culo que no se rinde?
Esa es su pequeña de dieciocho años.
Está huyendo de algo, pero no voy a permitir que nadie ponga
un dedo sobre este ángel de ojos verdes. Arriesgaré mi vida para mantenerla a
salvo, porque eso es lo que hacen los buenos papás.
Nota del autor: tenga en cuenta que este libro contiene
elementos de suspenso y discusiones sobre abusos físicos pasados. Sin embargo,
no dejes que esas cosas pesadas te engañen. Este romance es rápido y sucio, sin
trampas ni situaciones extremas, ¡y cuenta con un HEA garantizado!
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