Daisy
Yo sólo era una sirvienta de la familia real, una don nadie en el gran esquema
de las cosas. Pero mi corazón pertenecía al Príncipe Lennon, la algo “oveja
negra” de la familia. No me importaba lo que dijeran los demás, o cómo le
seguía su reputación de no preocuparse tanto por la tradición.
Vi el mismo vacío en él que tenía en mí misma. Quería tranquilizarlo, hacerle
saber que estábamos destinados a estar juntos.
Pero nunca me vería como algo más que la ayuda.
Un día tendría el valor de admitir lo que sentía, aunque me explotara en la
cara.
Príncipe Lennon
Pensó que no me había dado cuenta, que sólo era una sirvienta real.
Estaba equivocada.
No me importaba si estaba mal visto, la realeza mezclándose con una plebeya. No
me importaba lo que los tabloides o mi familia pudieran decir. Quería a Daisy
más de lo que nunca había querido
nada ni a nadie antes.
El solo hecho de estar en su presencia hacía que la soledad en mí disminuyera,
me hacía querer más que las joyas y riquezas que me rodeaban. Estar con Daisy
me completaría, y la tendría.
Sólo necesitaba hacerla ver que pertenecíamos juntos.
Advertencia: Esto fue publicado previamente en la antología de Royally Mine. Si
quieres una historia corta y azucarada (pero aun así tan sucia), abróchate el
cinturón, porque esta tiene un gran impacto. Te golpea justo donde cuenta
(guiño-guiño) y no cesa hasta que llegas al final del "Feliz para siempre".
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